viernes, 16 de diciembre de 2011

Dirigentes partidistas, profesionales de la mentira


Por Ángel Amador Sánchez

Con excepciones, muy pocas, por cierto, dirigentes de los partidos políticos se caracterizan por hacer declaraciones sin ton ni son, carentes de fundamento, desapegadas a la realidad. Sus dichos, la mayoría de las veces, atentan no sólo contra los hechos, sino contra la inteligencia de los ciudadanos, a quienes tratan como si fueran retrasados mentales.
En los últimos días, dos “joyas” han sido manifestadas por los presidentes estatales de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Gerardo Espinosa Solís, y del Revolucionario Institucional (PRI), Juan Carlos Lozano Martínez. Ambos, se diría, son relativamente jóvenes en el mundo de la política zacatecana, en especial el del sol azteca, pero han aprendido muy rápido los peores vicios de los dinosauros amarillos y tricolores, una especie de la misma familia, al fin.
Espinosa Solís, luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) fallará a favor de la ex gobernadora Amalia García Medina, al concederle un amparo debido a que la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos es anticonstitucional, al faltarle el trámite de la firma de un funcionario menor, de manera irresponsable, manipuladora y mentirosa quiso aparentar que su jefa política había sido liberada de los cargos de presuntos malos manejos de recursos públicos cometidos en su sexenio, por más de 2 mil millones de pesos, según datos de la Contraloría Interna de Gobierno del estado.
Como si los ciudadanos fueran imbéciles, intentó en una conferencia de prensa dar la imagen de que la honestidad de Amalia ya no estaba en entredicho y, por ende, exigió que el gobierno estatal cesara la persecución política contra la ex mandataria y algunos de sus colaboradores. Espinosa Solís, de manera cínica, aseguró que la SCJN había ya analizado el fondo del asunto, algo totalmente falso.
Los abogados defensores de la otrora prestigiada militante de izquierda se limitaron a informar que la Ley de Responsabilidades es anticonstitucional, jamás hablaron de que la defendida fue declarada inocente, algo que tampoco hizo la propia Amalia, quien apegada al escript indicó que está a la disposición de las autoridades para aclarar las dudas sobre el manejo de recursos.
Sin embargo, el dirigente perredista, ya sea por iniciativa propia o para cumplir órdenes de la “mano que mece la cuna” en el PRD, de golpe y porrazo puso a la ex gobernadora como una pobre víctima, cuando debería exigir que el asunto de las presuntas anomalías se aclare apegado a derecho.
Y no deja de extrañar que viejos militantes del sol azteca se presten a esta clase de artimañas, que ofenden a los ciudadanos y poco ayudan a que este partido recupere credibilidad en Zacatecas.
Por su parte, Lozano Martínez, en varias conferencias de prensa, se aferró a mostrar que Humberto Moreira era víctima de las telarañas políticas del poder, a defender lo indefendible: que el ahora ex presidente nacional del PRI dejó endeudadas a varias generaciones de Coahuila, además de permitir –por omisión, complicidad o desconocimiento- la contratación de créditos bancarios fraudulentos por 5 mil millones de pesos.
Y luego de que Enrique Peña Nieto diera la orden de retirada del bailarín Moreira, el dirigente tricolor, de manera un tanto candorosa, pero al final y al cabo, mentirosa, declaró que el clon de Chente Fox, por aquello de los chistoretes, fue presionado desde esferas del gobierno federal a renunciar, sobre todo al ganar su partido la gubernatura de Michoacán, sobre la candidatura de la hermana del Presidente de la República, María Luisa Cocoa Calderón.
Total, cuando un ciudadano común y corriente incurre en algún presunto delito, de inmediato le cae todo el peso de la ley, sin que nadie pueda aducir que es víctima de persecución política, y mucho menos –como en el caso de Amalia García- contratar a un bufete de abogados cuyos honorarios están fuera del alcance de la mayoría de quienes enfrenta algún proceso jurídico.
En la lucha política se entiende y justifica que se trate de sacar provecho de los errores del adversario, incluso si se cae en declaraciones estridentes, pero no se vale que en temas relacionados con la aplicación de la justicia digan tontería y media sólo con el afán de quedar bien con sus superiores, con las manos que mecen sus cunas y honorarios.
Y por supuesto, Espinosa y Lozano no son los únicos profesionales de la mentira…

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