Por Ángel Amador Sánchez
Que el programa del payaso Platanito es una asquerosidad, no hay la menor duda, al igual que los bodrios Las Lavanderas, Las quesadillas de doña Márgara, Guerra de Chistes y otros del mismo corte que se transmiten por cable en el canal Telehit de la intocable Televisa.
Que el señor Sergio Verduzco Rubiera, en su caracterización de Platanito, hizo un pésimo chiste con la tragedia de los niños muertos y heridos en la Guardería ABC de Sonora, tampoco está a discusión, pero de ahí a masacrarlo en la moderna inquisición del Twitter y el Facebook, existe una buena distancia.
Su programa y algunos de los ya mencionados, de corte dizque cómico, deberían salir del aire por la pésima producción y la nula calidad, más allá de que los chistes sean buenos, malos o regulares. Sin embargo, lo más preocupante es que existe un público que los demanda y que llena las plazas en donde se presentan.
No se trata de dar golpes de pecho y sentir nostalgia por el extinto Rey del Humorismo Blanco, Gaspar Henaine Capulina, y la guerra de pastelazos que caracterizaron a sus programas allá por la década de los 60 del siglo pasado. Ni mucho menos encabezar una campaña para solicitar el regreso de Ricardo González, mejor conocido como Cepillín, el otrora payasito de la tele cuando el PRI era el partido hegemónico.
Hacer chistes con tragedias no es algo nuevo en la picaresca mexicana, baste recordar todos aquellos que circularon tras el terremoto en la ciudad de México el 19 de septiembre de 1985. Como los que aludían a la muerte del Profeta del Nopal, Rockdrigo González, al decir que había fallecido de un pasón… pero de cemento, o de que ya no era Plácido Domingo sino Triste Jueves, en alusión al día que ocurrió el sismo y a la presencia del tenor en labores de rescate, ya que un familiar vivía en el edificio Nuevo León, en Tlatelolco, que se desplomó.
Lamentable reír con el dolor ajeno, sí, pero es una realidad que no se acabará, no al menos en espacios privados, en el que la moral se mueve en un sentido y, en público, vira hacia otros lados de mayor intolerancia. ¿O acaso nadie ha soltado una carcajada cuando se narran chistes sobre personas que padecen problemas físicos?
Una doble moral que, en el caso de Platanito, dejó incólume a las personas que acudieron a su “espectáculo” y quienes a carcajada abierta festejaron el chiste que aludía a la tragedia de la Guardería ABC, según se observa en el video. En ese momento nadie recriminó al payaso por su mofa, nadie tomó la estafeta para pedir que saliera del escenario; no, la risa fue generalizada.
Sergio Verduzco ya solicitó una disculpa y en una muestra de arrepentimiento, que no deja de ser humor involuntario, dijo que el chiste no era de su autoría. Sin embargo, especialistas del “mundo del espectáculo”, políticos (que en todo están, menos en lo que deben), periodistas, comediantes y público en general por conducto de las redes sociales no perdonan al payasito de la tele, en su versión XXX, en la era del ocaso panista en Los Pinos.
Así, de ahora en adelante, él y muchos de los comediantes mexicanos tendrán mayor cuidado al realizar su trabajo, pues saben que la tecnología los puede evidenciar en cuestión de minutos y, llegado el caso, hasta terminar con sus carreras. De hecho, el programa de Platanito ya no salió al aire el pasado lunes 16 de enero, pero al parecer la libró y no desaparecerá.
En tanto, José Luis León Perea, diputado federal del PRI, anunció que llevará el caso a la Camára baja para solicitar a la Secretaría de Gobernación que analice si el payaso violó alguna ley que amerite la cancelación del programa televisivo. Al parecer el legislador ignora que el chiste fue dicho fuera de ese ámbito, pero en fin, a lo mejor exige que investiguen al empresario que contrato al comediante.
Y para no quedarse atrás, el gobernador panista de Sonora, Guillermo Padrés Elías, se sumó al veto del personaje.
Los familiares de los niños muertos, sobra decirlo, están en su derecho de exigir respeto y efectuar las acciones legales que consideren pertinentes contra Sergio Verduzco, y ojalá desde diversos frentes, incluidas las redes sociales, no cese la lucha para demandar que se aplique el rigor de la ley contra TODOS los responsables de la tragedia.
Por cierto, el pasado 11 de enero del año en curso fue absuelta de responsabilidad Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, fundadora de la Sociedad Civil Guardería ABC, y prima de Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón.
De acuerdo al fallo, la susodicha no tenía obligaciones para el cuidado de los niños de la estancia infantil, incendiada en Hermosillo, Sonora, el 5 de junio de 2009, en donde murieron 49 bebés y más de 70 resultaron lesionados
La justicia mexicana, un pésimo y maloliente chiste…
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