sábado, 19 de enero de 2013

Hechos, no demagogia, demandan los mexicanos


Los resultados de la primera gira que realizó Enrique Peña a Zacatecas, como lo describió Juan Carlos Lozano, son claros:  “trajo beneficios y no discursos retóricos”

Staff Malinali

Zacatecas, Zac.- Recursos económicos por más de mil 200 millones de pesos dejó a Zacatecas y sus habitantes la reciente visita del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, tras reiterar –una vez más-, el compromiso del primer mandatario del país con esta entidad. 
La visita presidencial no tuvo, como en otras ocasiones, un carácter demagogo y vacío, sino que los resultados son tangibles y forman parte de una estrategia que impactará a nivel nacional para abatir los niveles lacerantes de pobreza de millones de mexicanos.
Programas sociales y acciones concretas para hacer frente a la sequía típica que azota a la zona centro norte del país desde hace ya varios años, son los hechos concretos que en Zacatecas planteó el Presidente Peña Nieto.
Tras realizar un balance general de los resultados de la primera gira que realizó Enrique Peña a Zacatecas como Presidente de México el pasado jueves 10 de enero tras las gestiones realizadas por el gobernador Miguel Alonso Reyes, los resultados, como lo describió Juan Carlos Lozano, dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, son claros:  “trajo beneficios y no discursos retóricos”.
La gira presidencial, breve en tiempo, sirvió como plataforma para que desde Zacatecas se enviaran las señales concretas de lo que será la política social de este nuevo gobierno. 
Además, el mandatario puntualizó que en materia de seguridad los esfuerzos seguirán firmes  y de entrada, ni el Ejército Mexicano ni la Policía Federal se retirarán del territorio estatal. Todo lo contrario, se reforzarán las acciones y se ampliará el número de elementos de ambas corporaciones.
En El Mineral, primer punto de esta gira presidencial, se dio a conocer el Programa Nacional de Atención Integral a la Sequía Recurrente, el cual incluye la contratación de seguros catastróficos, el arranque del Fondo de Apoyo Rural por Contingencias Climatológicas y la puesta en marcha del Programa Nacional contra la Sequía.
De manera puntual, el Presidente autorizó un presupuesto de 100 millones de pesos para dar inicio a la modernización del sistema de agua potable del municipio de Fresnillo, el cual por cierto, fue un compromiso de campaña del entonces aspirante a la Presidencia de México.
Aquí mismo, Peña Nieto giró instrucciones también a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación para que invierta en Zacatecas 120 millones de pesos para la contratación de un seguro catastrófico para 400 mil hectáreas y 220 mil cabezas de ganado. Anunció que a nivel nacional, el gobierno federal asegurará 10 millones de hectáreas y seis millones de cabeza de ganado.
De igual forma, dio instrucciones para que arrancara de manera inmediata el Fondo de Apoyo Rural Contingencias Climatológicas para hacer frente a la sequía que padecen 17 entidades federativas, incluyendo a Zacatecas.
Respaldado por miles de productores y campesinos de la entidad, Enrique Peña Nieto subrayó: “Soy el amigo de todo Zacatecas” y agradeció el apoyo que en esta entidad recibió para su proyecto de nación.
En respuesta, el gobernador Miguel Alonso Reyes subrayó que con esta visita presidencial inicia una nueva etapa donde, con el apoyo del gobierno federal, se suman voluntades y esfuerzos a favor de todos los zacatecanos sin ningún distingo.
Aclaró, sin embargo, que pese a las adversidades Zacatecas aún mantiene el primer lugar nacional en producción de frijol, chile seco, ajo y guayaba, por lo cual es fundamental emprender acciones para reactivar el campo zacatecano.
Miguel Alonso puntualizó que ante la severa sequía, es necesario emprender acciones concretas como la modernización de equipos de bombeo, mejoramiento a la red de distribución del agua potable, construcción de obras hidráulicas, entre otras acciones urgentes; demandas que fueron recibidas y atendidas en lo inmediato.

EL ROSTRO DE ATITANAC
El segundo punto de encuentro del Presidente con los zacatecanos sería la comunidad de Atitanac, ubicada en el municipio de Villanueva. 
Su visita a esta comunidad generó gran expectativa pues fue aquí, durante su campaña presidencial, que el rostro de la pobreza de sus habitantes fue bandera de campaña del hoy primer mandatario nacional.
Su propuesta fue clara: Desde esta comunidad, se anunció la creación de tres programas sociales de alcance nacional inspirados en lo que llamó el empuje y la valía de los habitantes de comunidades como Atitanac expulsoras de mano de obra y donde las mujeres han tomado la rienda de sus familias y de sustento diario.
La primera de ellas, denominada Cruzada contra el Hambre, tiene como objetivo mejorar el nivel de bienestar de la población, propiciando que el crecimiento económico de la población se traduzca en la reducción de desigualdad, marginación y pobreza. 
La segunda, es el Seguro para Madres Jefas de Familia busca evitar, en casos de fallecimientos, que sus hijos queden en el desamparo y no puedan continuar con su educación.
Finalmente, Peña Nieto anunció un programa para otorgar ayuda económica a los adultos mayores de 65 años que no reciban ingresos por concepto de jubilación o pensión, a fin de contribuir a su protección, incrementar su ingreso y aminorar el deterioro de su salud física y mental.
“Hoy venimos a sumar. El Gobierno de la República quiere emprender una acción conjunta, fortalecida, que nos permita llegar más lejos en alcance a los apoyos que la gente necesita”, planteó el Presidente de México. 
De igual forma, Enrique Peña Nieto reconoció las acciones que en política social lleva a cabo el gobierno estatal de Miguel Alonso Reyes para disminuir la pobreza y la desigualdad entre la población. Más aún, el mandatario señaló que su gobierno seguirá apoyando a la administración estatal en programas de beneficio individual, así como en obras y acciones de mayor impacto como escuelas, hospitales y carreteras.
Miguel Alonso le reiteró la lealtad al Presidente de la República para cambiar el rostro de México en uno de oportunidades que sustituya la pobreza en que viven más de la mitad de los mexicanos y ayudar a los 21 millones de mexicanos para superar el hambre que padecen.
“Agradecemos su presencia en Atitanac, y ante las mujeres zacatecanas, el Gobierno de la República y el del Estado, se suman en esta determinación para abatir la pobreza, para dar acceso equitativo a la educación, la salud y el empleo. Cuente con nuestra entrega, respaldo, y entusiasmo para que su visión de un México más justo sea una realidad”, expresó finalmente  el gobernador Miguel Alonso ante el Presidente Peña Nieto durante su visita al estado de Zacatecas.



Mi país me duele...


Colaboración especial  de Francisco Ramírez Arroyo


Amanecí con el dolor de mi gente,
no es sólo Monterrey o Torreón,
es Guadalajara, Michoacán, Tijuana, Guerrero, un rincón de Chiapas,
la sierra yaqui y poblados en los que también se llora aunque pocos se enteren de ello.
Es todo el país...
Me duele mi gente y me duele la historia no aprendida,
me duele la fe muerta,
me duelen los ojos de nuestros hijos con la incertidumbre de mañana
mientras cantan una ilusionada ronda,
me duele mi madre y su esperanza,
me duele mi padre que murió por culpa de un judicial imbécil, borracho y drogado, cuando recuerdo que mi padre nos cantaba a sus hijos:
“yo miré envejecer a mis padres
en espera de un mundo mejor”,
me duele la prensa que no es mas que una puta miedosa y convenenciera,
me duele el activismo de dientes para afuera,
me duele la ceguera del ejército, pobre servidumbre del gobierno
indigno defensor de un pueblo,
me duelen mis hermanos, sus hijos y sus sueños
y quisiera que nuestros temores fueran como los de mi ahijado
ante la inocencia de no poder bajar una resbaladera...
me dueles tu y me duelo yo,
me duele que hasta los chistes ya son chistes de horror,
me duele el paso cansado y triste de mis vecinos
quienes cierran sus ventanas y aseguran sus puertas
cuando antes veían el amanecer extendiendo los brazos
y salían a regar la calle y barrer la banqueta,
me duelen los cantantes que no saben que el micrófono
es un pacífico pero efectivo instrumento de transformación social
y también me duelen los “artistas”, cineastas y pintores,
los intelectualitos suplicadores de becas que se adornan en la pasarela
de la vanidad que los consume y hace que se maten entre ellos
se mantengan vivos con un puñal clavado en la espalda,
me duele el maestro que solo quiere mantener su plaza y llora incentivos a la menor provocación, olvidándose de reforzar el espíritu y el saber de un niño que quizá sea el tan anhelado “hombre nuevo” que nos lleve a contemplar la banca del parque en donde los enamorados se prometen alimentados de ilusiones...
He amanecido con lágrimas de rabia,
de historia,
de calle, de mundo, de vida, de país, de gente, de mi pueblo,
muy molesto conmigo y la somnolencia masiva,
molesto con la amnesia selectiva de una sociedad que no entiende de historias...
Me duele el miedo de mis tíos y el que vivieron mis abuelos
y pienso en el horror, el insoportable horror,
el tuyo,
el mio,
el del desesperanzado que vio consumirse a su familia en el campo de concentración,
el del niño baleado cruzando la frontera,
el negro apaleado pagando la culpa paradójica de su lamentable y orgulloso color.
Y aun así,
he extendido los brazos para envolver de amor a quien pase,
he mirado al sol dedicándole una sonrisa a mi gente
con la invitación a transformar REALMENTE esto que ya no puede
ni debe seguir así.
Y le hago un homenaje a los que lograron colocar una flor en los fusiles,
al hombre que se paró frente a un tanque de guerra y lo detuvo
con el poder de su voluntad...
y cierto es, en este momento no hay tiempo de creer en Dios,
quiero creer en la voluntad de los hombres
y creo en la idea que Beethoven elevó a su máximo nivel:
“Que todos los hombres del mundo se fundan en un gran abrazo”.
Creo en el escalable pastel que propuso mi mejor amiga
y creo que los héroes no murieron para convertirse en nombre de calle, colonia o hacinado multifamiliar a punto de derrumbe...
Ya no quiero creer en la estúpida idea del norteño altanero, del ventajoso chilango, del regiomontano codo o el doblecara tapatío,
quiero creer en un país en donde la sangre no sea el caldo de riego para la semilla del dolor,
quiero un país en donde el día de muertos sea una fiesta entre tradición y alegría, esa fiesta de la que tanto hemos presumido,
ya no quiero que todos los días sean el día de los muertos,
ni quiero que los niños jueguen con un balón hecho de piel de decapitado.
Quiero que salgas de viaje y regreses sonriendo por la amable tranquilidad encontrada desde la playa al desierto, de Yucatán a Tijuana,
acompañado de una mano confiable,
no empujado por el estúpido y absurdo cañón de una pistola.
Se que en la cúspide de la desesperanza, el dolor y el cansancio,
se verá como en un amanecer después de la peor tormenta
la luz que nos haga reconocer nuestros rostros
y en la fascinación de dicho reconocimiento
correremos a abrazarnos,
a tomarnos de la mano,
a besarnos y construir el amor,
y viviremos en poesía,
en al ánimo de la canción emotiva,
lloraremos “de felices”
y cuando llegue la noche no existirá temor alguno
porque entenderemos que las estrellas siempre estuvieron allí para guiarnos.